viernes, 16 de diciembre de 2011

Somos lo que buscamos... pero... ¡es Navidad!

No debería sorprendernos, a día de hoy (dado que parece que una gran parte de la información que recibimos de los medios de comunicación resulta sensacionalista y caótica) que las búsquedas reflejen la ansiedad de la sociedad. En el fondo… aunque protestemos, nos dan lo que les pedimos.

Intentando hacer un análisis básico del ranking Zeitgeist, y aplicando muy a la ligera la Neurociencia (disculpadme los expertos pero realmente soy una principiante fascinada) da la sensación de que estamos aterrorizados y paralizados.

Diría que el hecho de que nos centremos en las búsquedas de redes sociales es únicamente una forma de sentirnos acompañados, en primera instancia. De no sabernos solos… Así además, hemos encontrado la forma de poder satisfacer nuestro enorme ego al lucir los más de 300 amigos/contactos (aunque con el 80% de ellos ni nos vemos ni encontraremos la oportunidad de hacerlo) y de que me vean como yo quiero (feliz… con una vida estupenda y “divina de la muerte”).

En una sociedad que valora realmente el contacto con los demás deberíamos haber buscado cafeterías y puntos de encuentro para vernos, abrazarnos y compartir nuestro tiempo. Sólo tomaríamos un café (que para el donut ya no da) pero estaríamos disfrutando de aquellos que nos acompañan en la vida.
Por otra parte, buscar guerras y desgracias naturales, empresariales o personales parece un burdo modo de poderse comparar con gente que esté aún más desesperada. Como si el “mal de muchos” realmente fuera un consuelo… “de tontos” sin duda.

En una sociedad generosa, solidaria y consciente deberíamos haber buscado webs que nos permitieran ayudar a los demás UNICEF, Caritas, Intervida… fundaciones e instituciones sin ánimo de lucro que nos proporcionan plataformas de apoyo a los necesitados. En bastantes organizaciones se fomentan aportaciones que no son estrictamente económicas (¡por Dios! Estamos en crisis). Se piden juguetes, ropa, dedicación personal… pero eso no sale en las búsquedas porque únicamente importa nuestra supervivencia.

La culminación del “yo soy yo y sólo yo” y además estoy “pelao” es que busquemos dietas. Pero dietas baratas, valen incluso las insanas. Dicen que, cuando hay crisis, las ventas de carmín de labios (y además de color rojo intenso) se incrementan. No deja de ser una forma “económica” de cambiarse a una misma. Esta etapa ya la hemos superado hace un par de años… ahora hay que pasarse a “las drogas duras”. No sólo nos maquillamos sino que tenemos que adelgazarnos como sea – y digo como sea aún a riesgo de nuestra salud. La dieta Dunkan sin prescripción y control médico es peligrosa… como otras muchas que corren por ahí. Debemos proyectar esa imagen de éxito que supla lo que hace aguas por otras partes.

Una sociedad madura buscaría con mayor interés información que permitiera “adelgazar” el analfabetismo, la incultura. Buscaría foros y entornos que facilitaran el crecimiento intelectual tanto propio como de aquellos que dependen de nosotros. Entraría en portales de acciones sociales educativas, museos, exposiciones…

Volviendo a la Neurociencia, sólo importamos nosotros mismos. De hecho nuestro comportamiento socialmente maduro y responsable es una consecuencia de “experimentar” que pertenecer a una sociedad nos facilita nuestra propia vida. La crisis, el miedo, nos bloquea. Me asusta ver que condicionamos nuestra supervivencia al buscar información banal que nos lleva a tomar decisiones “no inteligentes”.
Es Navidad…

“¿Y SI TU TUVIERAS HAMBRE?” ¿Que información buscarías? Sé responsable contigo mismo. Ayuda a los demás. El bien común es también tuyo.

1 comentario:

  1. Mas aun... echando un segundo vistazo... si estamos en crisis: ¿como es posible que las webs mas visitadas no sean los principales portales de empleo o el SEPE?

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